Hola, soy Paula Martín. Hace un tiempo viví una entrañable historia de amor, que he querido compartir con todos los internautas que se pasen por aquí. Viajad con vuestra imaginación a las playas, los campos, las casas de piedra y el sol de verano...
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sábado, 24 de julio de 2010

Séptimo episodio; problemas de pandilla

En cuanto llegué al lugar donde solían reunirse todos los miembros de la pandilla, el solar enfrente de la escuela, los vi a todos con poses de "chicos malos" más auténticas que las de Blanca y Paloma pero tan irritantes como la de Javier. Sacudí la cabeza, intentando no pensar en ese chico, y me dirigí hacia ellos.
-¿Quién eres, preciosa?-me gritó uno cuando me acercaba."Ya es una mala señal" dijo una voz en mi mente. "Son la única alternativa que tengo"le repliqué.
-Me llamo Paula... Paula Martín-me presenté.
-¿Y buscas compañía?-preguntó otro chico, que tenía pinta de esmirriado. Se produjeron risas entre todos.
-Me voy a quedar en verano y me preguntaba...-dije,algo cortada por el aspecto de mis supuestos nuevos amigos.
-¿Si puedes quedarte con nosotros?-terminó una chica con pinta de simpática-espera, ¿no serás esa chica de la que me habló Javier el otro día? Entonces, seguro que conoces a Blanca y a Paloma. No me extraña que quieras venirte con nosotros después de haberlas conocido.
-¿Las conoces?-pregunté.
-Por supuesto; ellas se han encargado de que las conozca todo el mundo. ¡Se creen que son las princesas del barrio por caer bien a nuestros padres! Pero no tienen más amigos que ellas mismas...
-Y Javier-añadí. Aquella chica me caía bien, pero aún no sentía demasiada confianza.
-Eh... sí, ellas piensas que Javier es amigo suyo, el mejor amigo que se puede tener. Según me ha contado, Blanca no le deja en paz ni un segundo. ¡Es una pena que Javier no esté libre!
-¿No lo está?-preguntó uno de los chicos de la banda, mirándola con curiosidad.
-No... sale conmigo-admitió la chica, repentinamente avergonzada.
-¿Contigo?
-¿Hay algún problema en eso?-dijo una voz. Todos nos giramos y vimos a Javier, apareciendo por una esquina del solar. Sonreía y saludaba, y de pronto, al verme a mí, se quedó parado un momento.
-¿Qué haces aquí?-me preguntó con descaro-no habrás venido de parte de Blanca y Paloma...
-Ellas no son mis amigas. Y, si tienes algún problema con que esté aquí, ya puedes irte-respondí, enfadada.
Toda la pandilla se quedó mirándome estupefacta. Entonces comprendí que aquella era la pandilla de Javier, y que posiblemente él era el líder de sus amigos.
¿Qué pasaría ahora?

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