Sin embargo, Javier sólo se quedó mirándome con asombro, quizá porque no estaba acostumbrado a que nadie le plantase cara. Tras unos segundos, en los que me mantuve en el aire con respecto a mi entrada en la panda, aunque mi convicción de que me echarían casi rayaba en la total seguridad, dijo:
-Eres... rara, ¿lo sabías?
Y yo, que parecía dispuesta a enfadarle, repliqué:
-Entonces nos parecemos bastante.
Él simplemente se rió y me dio la bienvenida a la pandilla. Yo había querido ir a la otra pandilla, para no encontrarme con él y su estupidez, pero era demasiado tarde para echarse atrás. La novia de Javier, aunque al principio se quedó en silencio por mi forma de hablarle a su novio, ahora volvía a dirigirme la palabra, pues parecía evidente que el chico no se había enfadado por ello.
-Aquí lo pasarás mucho mejor que con esas dos pijas-me dijo-espero que te dejen salir por la noche; al fin y al cabo, estás en un pueblo. ¿Hasta qué hora puedes salir?
-Hasta las doce-respondí, segura de que mi madre me dejaría quedarme hasta esa hora.
-Es menos de lo que esperaba, pero te da tiempo de todo. Esta noche vamos a tirar cohetes en la playa, ¿quieres venir?
-¿No es peligroso?-pregunté.
-No, si tienes cuidado.
Asentí con la cabeza, a pesar de que no estaba demasiado convencida. Aquella noche tenía que ir con ellos, no quería quedar como una "colgada". Así que, pasara lo que pasara, estaba decidida a acudir. Si no fuera por ese par de chicos idiotas que no paraban de hacer bromas y de mirar a las chicas con expresiones extrañas...

q bobito tu blog!!
ResponderEliminarla istoria es de las mejores q estoi leyendo!!
me gusta muxo voi a leer los demas capitulos!!
un beso gracias por pasarte por mi blog!!
te sigo :)